“Nuestro cerebro no viene programado para leer.”
"El acto de leer implica un alto costo energético cerebral"
“Necesita estar bien alimentado y contar con la energía necesaria.”
PUERTO ESPERANZA, Misiones – ¿Por qué la lectura se ha convertido en un obstáculo para muchos en la era digital? Expertos internacionales y nacionales coinciden en que esta habilidad, lejos de ser innata, es un proceso cognitivo complejo que exige un cerebro en óptimas condiciones, bien alimentado y con suficiente energía.
“Nuestro cerebro no viene programado para leer; es una habilidad que se construye y que demanda un esfuerzo significativo”, explica una psicopedagoga de la región. El acto de leer implica un alto costo energético cerebral, al coordinar simultáneamente la decodificación, comprensión, ampliación de vocabulario y uso de la memoria de trabajo. Estos procesos, si bien no todas las personas los desarrollan con la misma fluidez, se ven directamente afectados por la salud cerebral.
En este sentido, la especialista subraya la importancia crítica de la nutrición y la energía disponible para el cerebro. "Para que el cerebro pueda realizar la compleja tarea de leer y comprender de forma eficiente, necesita estar bien alimentado y contar con la energía necesaria. Las deficiencias nutricionales, especialmente en la infancia, pueden comprometer la formación de las conexiones neuronales indispensables para un buen desarrollo lector", afirma.
Pero, ¿de quién es la responsabilidad de asegurar que el cerebro de los niños alcance su máximo potencial? La respuesta es multifacética. Los expertos señalan que recae primariamente en la familia, que debe proveer un ambiente nutritivo y estimulante desde los primeros años. Sin embargo, también es una responsabilidad crucial del Estado garantizar el acceso a una alimentación adecuada, salud, educación de calidad y programas de estimulación temprana, especialmente en comunidades vulnerables. La sociedad en su conjunto también tiene un rol, promoviendo hábitos saludables y valorando la educación como pilar fundamental.
En un mundo dominado por pantallas y contenido audiovisual, la paciencia y la concentración que demanda la lectura profunda a menudo se ven relegadas. "Estamos 'desentrenando' la capacidad de leer linealmente y de forma sostenida, lo que hace que el esfuerzo requerido se sienta aún mayor", agrega la especialista. El reto, entonces, es no solo enseñar a descifrar letras, sino a cultivar el hábito y la disciplina, asegurando que nuestros cerebros tengan las condiciones biológicas adecuadas para afrontar este vital desafío.